Y en esta carta sin despedida
emigran las golondrinas
la lluvia cesa cuando amanece
y el pálpito del alma se contrae
con esa voz callada, que tenue…
se puede escuchar a lo lejos
y sin delinear tus labios…
un beso se derrama de tu boca
donde nunca más, mi vida…
beberán tus aguas mis magnolias!
Eileen
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