No te precipites,
mi amor
que puedes caer
como los otoños
al final de la tarde...
o como las aguas,
cuando la tormenta arrecia
y corre por las aceras solitarias,
hasta perderse en el olvido
del último suspiro
que guardaba el alma.
Eileen Ovalle
Él la amaba, sí...
con toda el alma,
con la fuerza de la luz
cuando está oscuro,
con la cálida emoción
de su denuedo...
con el canto de la noche
por su cuerpo...
y el prefijo de su voz
en el silencio!
Eileen Ovalle
Habían sido tantas
las palabras escritas,
las historias contadas,
al ras del tiempo,
y la voz de la memoria...
que tiene ese sabor a invierno,
cuando gime, cuando grita
o cuando está llorando,
la tímida erosión
de los recuerdos,
que laten incansables,
como los suspiros al viento
cuando no hay olvido...
Eileen Ovalle
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