No hay nada como la agonía de mirar tu desnudez tendida sobre un trozo de mis sueños…y deslizarme como las mareas suaves entre tu costado y tu mirada, que sin decir una palabra, me confiesa tanto…
Y es que no hay nada mi amor, como la península de tu ombligo y la humedad de mis labios, escurriéndose a tus muslos, en un gesto tan intenso, que te robe un gemido
Y sentir el asir de tus manos a mis cabellos…sosteniendo el viento…
Eileen
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