Y se ciñeron nuestros cuerpos
en esos matices tersos
de la espalda al arco de tus manos,
y de tu boca al beso que se perfila
en esa armonía perfecta del sentimiento
y la piel íntegra se sintió mojada
por esos manantiales
que se forjan en el alma…
y se destilan como brisa fresca
sobre el eco de tu campo abierto
y aquí estamos –mi cielo-
perdidamente enamorados,
sujetos de la aurora
y colgados de la luna,
en ese fiel suspiro de la vida
con sabor a lluvia!
Eileen
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