Son demasiadas las veces
en que tus brasas
tropiezan con mi noche
y mis ojos evitan tu recuerdo
mientras parpadean…
bajo las farolas inquietas
que alumbran una calle solitaria
y que en un menudo esfuerzo
mis manos sueltan tu caricia,
que se aleja con los vientos
y se cuelga de una rama
como aquellas hojas
que habrán de morir marchitas
en los otoños
O que de mis labios tibios
el mutis de mi alma vuela,
como una mariposa herida!
Eileen
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