(En 6 actos)
I
Llena de tu luz
mi cielo,
los ojos de la noche
reposan intactos
y bajo la silueta
de la luna llena,
se escucha el escurrir
de tu risa infinita,
pues la aurora parece
seguirnos los pasos,
cuando tomados de las manos
llegamos a un suspiro.
II
Es temprano y tus gestos,
parecen despertar
el eco de las madrugadas
en mi almohada
y es por eso mi cielo
que te quiero tanto…
sin más presagio
que tu mirada
porque hay veces
que los besos se enredan
en unos labios…
tan llenos de sueños.
III
A veces las caricias se inundan
con el tacto de mi piel morena,
que se estrecha, mi bien
entre tus brazos.
Y que hay privilegios
que se arropan en tu rostro,
como tus lunares negros
bajando hacia mi ombligo
en esas ensenadas
de tus campos verdes,
donde has visto a las cigarras
bebiéndose el rocío.
IV
Tú sabes que te amo
…sí…
desde los tiempos
más allá de tus sueños
y por eso la noche
me encuentra callada,
describiendo tu alma
en un verso de luna
Mientras busco
el despertar sagrado
de las magnolias,
después de los inviernos.
V
No se cómo tomar las estrellas
que se anidan en tu vientre,
cuando desnudo..
me empapas con tus jugos
y los manantiales
de mi boca abierta,
reciben la inmensidad
de tus mares
pero a veces…
el amor desciende
del tono de tu voz
hasta mi cama.
VI
Y es entonces
que te escurres como un niño,
en estas sábanas
de seda
y puedes despertar
ceñido a mi cintura,
e inquieto como el viento
en mi mirada.
Y es que amarte…
es un sentido que se queda
mi amor,
¡entre los labios!
Eileen
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