Nadie dijo nada… el viento estaba como dormido…
y las horas marcaban el paso lento de esa pequeña ninfa
que llega sin memoria a un mundo de ensueños…
Las cigarras alumbraban el camino a los olivos
y algunas mariposas blancas guiaban su destino.
Ella era apenas un gerundio en medio del infinito
y en su alma llevaba como un prendedor dorado
el valor de un recuerdo…sí… el recuerdo de él….
a quien ella amaba!
Eileen
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