A veces. . .
se me cae el tiempo de las manos
Y en una oscuridad silente
se doblan mis pilares y la noche…
quisiera dormir hasta la madrugada
Así como a veces la luna
se atreve a amamantar el alma,
ante la desnudez de un olvido triste
Crecida la distancia –recaen los suspiros-
en un pozo de viento que se bebe a sorbos
la ciudad de los desvelos…
donde el custodio de los sueños
los quiere retener heridos…
en sus ojos de lágrimas sin dueño
Y es que a veces
se me cae el tiempo de las manos
Y las horas infinitas se cuelgan
de los péndulos gastados de un reloj…
al que le falta tiempo!
Eileen
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