miércoles, 9 de julio de 2014

Cuando la voz desciende



Si la voz cayera 
de tu vientre a mi silencio
pájaro de viento y plumas
agitando tempestades…

Allí, de la profundidad de tus aguas
hasta el norte de mis estaciones,
quizás mi piel sería como el ocaso
cubriendo de atardeceres tus montes

Y es que si la voz cayera
de la ecuación de tus ojos a la noche,
infinito nocturno que susurras
más allá de la luna…

Las nevadas retrocederían hasta tus labios
donde la cordillera de mi boca gestaría
un poco de lluvia entre tus muslos…
de sauces erguidos, al pie de la vida!

Eileen

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