viernes, 31 de mayo de 2013

Mi amor...


Y la eterna suavidad de mi ternura, se posó como un jilguero entre las ramas espesadas de tus brazos que llegaron a abrazarme como el viento, y me enredaron por tu cuerpo vida mía de mis sueños, ante el mágico silencio de tus labios que besaron como nardos la ciudad de mis deseos y brotaron los cerezos de tus campos madurados, por los frutos de los años que mi vida cosechamos con las manos y ¡los sueños enlazados!

Eileen

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