Ante la inocencia de quererte...
la culpabilidad de no mirar a tiempo,
lo que habitaba delante de mis ojos,
mientras una lágrima escurría
buscando el precipicio del olvido,
a donde ir a tocar tierra
después de volar tu cielos
Y miro tus restos, amor,
que nada se parecen a los míos…
Y aunque perdí la razón
en medio de la locura de tus ojos,
logré incorporar mi esencia
y caminar entre el lodo de tus pasos,
y la hojarasca de los míos…
desandando los pantanos
que llevaban a la muerte
Y aún trato de recuperarme, sí...
de todo lo que fuimos a solas
y de todo lo que yo pensaba
o nos inventábamos,
en esos laberintos de sentidos
que llegaron a confundirnos tanto
al hacernos daño
Eileen
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