domingo, 29 de junio de 2014

Fruto fresco



Desciendes lento hasta mi huerto saturado de manjares y de brisa suave, con ese aroma a crisantemos y eucaliptos (besando al aire) y esa menta de tus labios frescos, apretando un beso

Desciendes lento y desprovisto de los mantos que han cubierto mi figura tersa, monzón de lluvias claras empapando el alma y mojando las fisuras más secretas (con su tibia esencia) que destila como sábila perfecta por mi piel morena…te retengo...

Y aventuro mis sentidos vida mía…en los claros infinitos de tus ojos pardos y conquisto como niña tu mirada…ay eterna enamorada…de tu dulce corazón que en su morada, me resguarda, me consiente y me engalana, como rosa en primavera, arrullada en tus montañas…

Y conjugo entre tu verbo la caricia, mi sentir y la ambrosía, que regada en tu guarida me alimenta y me sustenta en la mañana, como un bálsamo exquisito, con la luz de tu solsticio y la aurora que en tu cara se derrama entre la calma de tu alma y tu cálida mirada…

Allí…entre al abrigo de tu abrazo, mi descanso se hace canto y de mi boca, como suaves pajarillos, se oye el trino de mis sueños más queridos, saludando, amado mío en el silencio…la belleza de tu dulce corazón!

Eileen

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