
Es frontera tu deriere
donde sucumbo ante la noche
y edito un trozo de luna
en tu paladar dormido
de luciérnagas y viento
mientras calla la tormenta
que viene de los caminos
que del sur se expanden
y mis manos, con las tuyas
empiezan a recoger estrellas
bajo el firmamento
porque de tus puntos cardinales
las auroras escondidas
en la ciénaga infinita de tu ombligo
y ese refugio tibio de mi nido
ciñéndose a tu boca
y como un preludio…
el amanecer de tus sueños
me despierta en un susurro
que apenas se acomoda
y cabalgas con esa juventud tan tuya
sobre mis laderas…
curvándose en silencio
ante el estallido de tu existencia
descubriendo mis secretos
en intrépido revuelo
y que fuiste mío
hace tanto tiempo…
y hoy aún te quiero!
Eileen
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