En ese suave surco
de mi espalda…
tus manos deambulan
Recae la noche mojada
hacia este vientre mío
ansioso de tus ternuras
Y mis poros se destilan
-como tus besos-
sedientos de mi nido.
Tus mareas suben
y las mías anegadas
aguardan tus secretos
Mientras todo lo demás
-no existe-
en esta locura
que es tan sólo nuestra!
Eileen
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