viernes, 2 de mayo de 2014

Carta a una lágrima



La tarde, se ha puesto brumosa…y he visto a dos luciérnagas cansadas, apagar la luz del alma después de desplegar destellos en el infinito. 



Y es que con el tiempo, he conocido aquellos momentos donde tus ojos parecían dos luceros y la noche, reposaba en tus pupilas, como un pequeño espacio negro, dormido entre mis brazos y arrullé los aleteos de la luna en mi regazo, cuando como un niño, reposabas en silencio más allá de las madrugadas que empezaban a ponerse intensas.



Pero hoy, la tarde se ha puesto brumosa y empiezo a presenciar tu ausencia y el eco de tu voz en las esquinas o en aquel cajón vacío, que llora tu destierro, en donde alguna vez, dormía en silencio la luz de tu recuerdo.



Y es que con esto de ser poeta… he visto mil palabras caer sobre el tintero y tan solo un suspiro, tatuándose en mi pecho!



Eileen

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